Toda persona, es el resultado de las elecciones que toma a lo largo de su vidas. Mientras que algunas de estas decisiones pueden ser buenas, otras no salen del todo como esperábamos. Sin embargo, podemos afirmar que toda acción que hagamos nos definen como personas, por quiénes somos. Las palabras pueden llegar a ser muy engañosas pero las acciones, son siempre inconfundibles. Si bien puede que creamos saber quiénes somos o quiénes queremos ser, las cosas no siempre salen como las tenemos planeadas.
“Dios no juega a los dados” es el título de un libro del conocido científico Albert Einstein, pero al parecer la suerte y el azar juegan un papel muy importante en nuestras vidas. Las decisiones más pequeñas, sin importar cuán insignificantes puedan llega a ser, pueden traer efectos cruciales y duraderos. Esta es la historia de una hermosa pareja que decidió comprar una casa señorial escocesa por error.
[post_page_title]Cometiendo Errores[/post_page_title]
Cal Hunter y Claire Segeren son una joven y tierna pareja. Claire es estudiante de medicina, pero por alguno motivo decidió pausar la universidad por un año, de esta forma podría dedicarse junto a su novio, Cal, a un nuevo proyecto. La intención de ambos era comprar una casa, renovarla y para posteriormente venderla, de esta forma obtendrían algunas ganancias. Ellos creían que su experiencia iba a ser inigualable.
Su plan iniciaba por comprar una casa en una subasta. Por eso, comenzaron a investigar e incluso, lograron visitar algunos inmuebles que estaban por ser vendidos a muy buen precio. Finalmente y después de una larga búsqueda, eligieron el ideal a comprar. Cal se dirigió a una casa de subastas con la esperanza de poder ofertar por la propiedad. El chico logro ganar la subasta, pero cometió un error al comprar una vieja mansión de 120 años de antigüedad.